El Boticario. [Harigus Vess] [Keira Sullivan]

El ataque pirata había hecho estragos en el pueblo, y el boticario llamado Saïr lo contemplaba desolado desde su lugar de reposo en la hierba.
Intentó incorporarse para observar como iban aquellos valerosos defensores que estaban dando la vida por ellos, sin embargo las heridas le hicieron remitir y volver a tumbarse dolorido. "Algo inusual viniendo de razas ajenas" pensó algo turbado recordando la ayuda que prestaban, en concreto la del Xeterio. Se sonrió al recordar cuan extraño era aquel grupo, sin embargo fue la única sonrisa que en ese momento su alma le permitía. De pronto gritos de sorpresa y miedo llegaron de los refugiados del ataque en la colina. Saïr intentó como pudo alzar la cabeza y consiguió ver a mas de una decena de guardianes Xeterios salir del bosque, aunque al contrario de lo que los indefensos habitantes del pueblo pensaron, los extraterrestres no mataron a ninguno de ellos sino que mas bien los tranquilizaron, mientras algunos de los hombres se separaban hacia el pueblo.
-¡Ya tenemos bastante con los piratas como para tener que defendernos ahora de vosotros! -dijo un chico que parecía estar a punto de romper en lagrimas.
Tras el grupo de Xeterios salio una madre que nada mas ver a su hijo lo abrazó con fuerza sin pensarlo.
-¿¡Quien está al mando del pueblo!? -preguntó en voz alta un Xetereo procurando no forzar mucho su acento de otro planeta.
Todos se quedaron en silencio y se miraron entre ellos mientras que Saïr ansiaba a que de entre la muchedumbre de refugiados se escuchase un "yo" proveniente de la anciana que gobernaba el pequeño pueblo. Sin embargo, el silencio fue la única respuesta y Saïr no tuvo mas remedio que armarse de coraje y se levantó aun con el dolor de su hombro ensangrentado rugiendo. Todos los que allí habían lo observaron sorprendidos, incluso algunos ya daban al boticario por muerto.
-Soy yo -proclamó Saïr con voz temblorosa, sabía que no podía echarse atrás.

-¡Hemos traído un ejército para combatir contra los piratas! ¿Dónde están esas inmundas sabandijas? -grita Harigus mientras observa a su alrededor.

Saïr observó pensativo al Xeterio pues recordaba haberlo visto antes. Un fornido elementalista se acercó al boticario y le ayudó a llegar hasta los xeterios. Ya cerca, contestó con leves pausas por el dolor.
-No se como irá el combate, -respondió Saïr- pero hace un buen rato que no escuchamos los destructivos cañones de los piratas golpear nuestro pueblo.
Los elementalistas que escuchaban la conversación asintieron y sonrieron dándose cuenta de aquel detalle.

Harigus se encontraba indignado por las palabras del boticario. A pesar de haber cumplido su misión se sentía un poco mal por haberse perdido la batalla.

-¡Maldita sea! Mira que tenía ganas de luchar. Pero bueno, supongo que no habrán sido unos piratas tan duros después de todo. ¿Dónde están los que han derrotado a los piratas? ¿Están todos bien?

-Como he dicho, no se como va el combate -repitió Saïr-, pero agradecería que todos vosotros ayudaran en la reconstrucción del pueblo si no es demasiado pedir. Lo tendríamos enormemente en cuenta. Hemos perdido muchos de los nuestros.
El humilde boticario hizo un saludo respetuoso y se giró para observar todo el destrozo que había ocasionado el ataque.
-¿Que decis? -preguntó el fornido elementalista que recordaba haber luchado junto al xeterio en el muelle.

-Hemos hecho el viaje para ayudar a reconstruir el pueblo y no vamos a hacer que sea en vano -contesta Harigus al fornido elementalista-. Nos interesa formar una alianza con los elementalistas y por eso os ofrezco nuestra ayuda para reconstruir el pueblo del ataque de los piratas, además de proteger al pueblo de futuros ataques.

Saïr se mostró sorprendido. Ver tanta bondad en un ser que no era de de este mundo le resultó... inusual.
-¿Haríais eso? -preguntó soltandose del apoyo del elementalista y acercandose mas al xeterio.

-Totalmente. Que seamos de otro mundo no significa que vayamos a provocar caos y destrucción. De hecho eso es lo que han hecho los piratas. Pero sí, lo de la alianza va totalmente en serio, y para demostrar que vamos en serio hemos traído varios guardianes Xetereos para ayudar a reconstruir y proteger el poblado.

-Yo confio en él -dijo el fornido elementalista a espaldas del boticario-. Luché a su lado en el muelle. Me parecen sere... razas de fiar.
Saïr miró hacia atras comprobando que el elementalista no hablaba en broma. Y así era, hablaba totalmente en serio. Su mirada, seria y firme, corroboraba sus palabras. Saïr volvió la mirada de nuevo hacia el Xeterio que le hablaba y con dudas aun asintió tembloroso por el dolor que le atenazaba el hombro.
Tras ver al boticario dar el visto bueno a la presencia de los xetereos, estos se movieron raudos hasta el pueblo uniendose a los que ya estaban dentro. El ambiente parecía tranquilizarse entre los pueblerinos elementalistas. Sin embargo, algunos de ellos aun poseian la mirada de la desconfianza en ellos.
Un pequeño grupo de xeterios llegaron sonrientes y con buenas nuevas calle arriba.
-Los piratas han parado el ataque... -dijo uno de los xetereos.
Ante tal noticia Saïr miró al xeterio que hablaba antes con él y le sonrio con mas confianza, tras ello se dejó aguantar por el fornido elementalista. El cuerpo ya no lo sostenía por si solo del dolor.